Nunca había visto a unas personas tan fuertes, y lo admiro por ello. Se lo han guardado todo, para dentro desde hace tanto tiempo...Lo único que hacen es llorar en silencio por las noches y regalar millones de sonrisas durante el día. Perdieron a lo que más querían, a la persona que había estado con ellos durante no muchos años, pero los mejores de su vida. A todos, o a casi todos. Yo con tan solo catorce años, perdí para mi al ser querido más importante después de mi padres. Presente tengo que le pude disfrutar 14 años, que otras muchas personas, no han tenido el privilegio de conocerle/s. Abuela, ha compartido toda su vida con él, hasta que su vida se terminó acabando. Todos y cada uno de los momentos de su vida, fueron compartidos. Sentían debilidad el uno por el otro, que si alguno de ellos, les pasaba algo, el otro haría lo posible, daría hasta su vida por salvar al otro. Pero llega un momento, en que ya no puedes hacer nada, en el que la vida llega a su fin. Y él, murió y ellos no pudieron hacer nada para ayudarlo. Hasta entonces, aquí estamos, derramándonos por las noches, echándolo de menos, queriendo morir para seguir a su lado. Y por las mañanas, Abuela saca su mejor sonrisa, hace feliz a todo el que pasa por su lado, y si algo la afecta y llora, se seca las lágrimas y dicen que están bien. Ellos pueden con todo, pero solo hasta cierto punto. Con esto quiero decir que, hay que aprender de ellos. Que si duele perder a alguien con el que has estado un año, o menos, imagínate como te sentirás al haber perdido a alguien con el que has compartido toda la vida, corta, pero al fin y al cabo...¡Hay que ser fuertes siempre!.
